Si “retás” a la gente cuando se equivoca, vas a lograr que no te cuenten sus errores.
Acordate cómo aprendiste a caminar: cayéndote. Cada error te hizo más fuerte. Eso es lo que puede hacer un líder (sí, un padre o madre también).
Mi consejo es fomentar siempre lo bueno para que no haya espacio para lo malo. Cuando alguien comete un error, primero lo felicitamos por lo bueno: por algo sigue siendo del equipo, ¿o no? Luego, le preguntamos qué piensa de lo que hizo. Si no lo considera un error, compartimos nuestra opinión, dejando claro lo que esperamos para adelante.
Como agregado, siempre felicitamos en público y criticamos en privado (vale para redes sociales también).
Como escribí hace casi un lustro, “Cuántos más errores marcás, más inseguro te mostrás”. Y quiero que el estimado lector sepa que, recordar que hace un lustro escribo regularmente, me sacude.Pregunta incluída en el artículo S06E08 27 preguntas de liderazgo que nunca leíste en un libro.