Los echás. Después, te emborrachás, para distraerte del sufrimiento que implicó implementar esa decisión que venías postergando. Al día siguiente, le explicás al resto del equipo por qué lo hiciste.
Claro que, antes de echarlos, vas por las buenas ,(compartiendo la misión, los objetivos y explicando qué implica para la persona lograrlos). Y, luego, por las malas (las consecuencias negativas que deberá afrontar si sigue resistiéndose). Finalmente, cuando te diga “Yo no me resisto”, pedile que apoye activamente. “Resistir” es una opinión y pueden tener visiones diferentes.
Pregunta incluída en el artículo S06E08 27 preguntas de liderazgo que nunca leíste en un libro.